Una tormenta de viento, polvo y golpes de una desvergonzada Rodina ha puesto a María con un pie fuera de Roland Garros. De haberse consumado su eliminación, María hubiera hecho historia, pues desde 1925 nunca ha caído en primera ronda la cabeza de serie número uno. Pero la siberiana no tiene carácter para hacer ese tipo de historia.
El tiempo inclemente sobre la pista central de Roland Garros, con unas ráfagas de viento que levantaban el polvo de roja arcilla y dificultaban la visión llevando la bolas más allá de lo previsto o dejándolas muertas, ha puesto muy nerviosa a la número uno del mundo que, tras ganar por la vía rápida el primer set(6-1), se ha encontrado con una joven compatriota que en lugar de entregarse ha empezado a jugar muy bien desde el fondo de la pista y tieniendo un servicio muy solvente. A María por el contrario, su servicio se le ha perdido entre las ráfagas de viento, llegando a ometer 15 dobles faltas. El segundo set se le ha escapado de salida, cuando ha cedido su saque y no ha sido capaz de hacerle un break a Rodina. ¿Consecuencia? 3-6 para la moscovita y el partido a un tercer set donde María ha tenido que servir en el 10º y 12º juego para no quedar eliminada. Ha sido ahí donde la siberiana ha demostrado su carácter de campeona, ha arreglado lo de las dobles faltas y ha ido a por el servicio de Rodina, el cual ha roto en el en el décimotercer juego y ha concluído venciendo por un apurado 8-6.
Mañana, y con la paliza que se ha dado hoy encima, se enfrentará en segunda ronda a la modesta nortemaricana Bethanie Mattek.
15.50 horas- de Barcelona.
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