domingo, 27 de enero de 2008

Disfrutando la gloria




Se lo merece. 207 fue un año entero muy duro y cruel para María. Sin embargo, ella, con su carácter combativo, nunca cejó. Una y otra vez le reaparecía la lesión en el hombro derecho. Tras reposar, tras ponerse en manos de los médicos, volvía a la competición. Perdía ante rivales menores. Las buenas le endosaron algunas palizas: no podía sacar, no podía defender su servicio.


Pero la lesión se olvidó de ella con la llegada del otoño. No vinieron las lluvias si no el sol tíbio y esperanzador para María. Acudió al Masters de Madrid gracias a la lesión de Venus Williams. Y sin rodaje, pero también sin cansancio físico, cumplimentó un excelente torneo que culminó con una final soberbia ante Henin, la cual perdió pero pudo haber ganado.


Todo indica que ha hecho una exceelnte preparación invernal, en el corto descanso que da el mundo del tenis. Y ha regresado este 2008 la gran María. Por su combatividad, por su ambición, la potencia y velocidad de sus bolas. Pero además, ha venido otra María: una jugadora que ha madurado en un año de reveses. Ahora sabe moverse mucho mejor por toda la pista, es más veloz, más inteligente, lleva mejor controlado el "tempo" del partido. Es mucho mejor jugadora y elige mejor sus golpes, prepara los puntos y los ejecuta con precisión.


¿El resultado? Su victoria ayer en el open australiano. Una victoria sin mácula. Lograda sin ceder ni un sólo set en todo el torneo, sólo perdiendo en dos ocasiones su servicio: quizás este único aspecto ya indica el salto hacia adelante de la siberiana.


21.39 horas- de Barcelona.

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