Es difícil muchas veces que uno logre tener el control de su actividad, de su vida en general. Y, cuando éso no sucede, uno va a remolque de las circunstancias y éstas te rebotan contra las paredes. La diferencia entre una persona que se conoce a si misma y tiene claro que cosas debe hacer y otra que lo desconoce siempre la encontrarás en los resultados que consigue.
María era una persona el 2007. Una chica muy joven, muy famosa y que, a inicio de temporada se encontró con dos elementos: se puso número uno en el ranking mundial y pilló una lesión en el hombro derecho durante el open australiano que se le agravó en siguiente torneo, en Japón.
Ante esas circunstancias, María no supo elegir la decisión correcta y, para mantener su número uno, no se dio el descanso necesario para poder curar su lesión, regresó antes de tiempo, cosechó resultados decepcionantes y la lesión le volvió una y otra vez. Perdió su preciada posición en el ranking, sólo ganó un torneo(menor) en todo el año y jugó sufriendo y perdió jugando. La lesión pudo incluso hacerse crónica. Tras entender que su cabezonería no iba a hacer otra cosa que destrozarle la carrera, en la parte final de la temporada dijo STOP y sólo volvió a competir(en el Masters de Madrid) cuando un fisio español la curó.
María es otra este 2008. En su juego ya se ha observado. Y en su decisión de no competir en Dubai ya que se encuentra lastrada por un virus gripal, también. Sabe que lo importante no es jugar, aunque su ambición y amor al tenis la empuje a ello, si no jugar sólo cuando está en las condiciones correctas para hacerlo: cuando puede desplegar su mejor juego. A éso se le llama madurez deportiva y tener el control de la carrera y de una misma. María ahora controla.
21.32 horas- de Barcelona.
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