Herida pero no muerta

Casi nunca muerta en la pista ese bellezón de pasarela que es María, que engaña con su imagen al saltar a una cancha a quién antes nunca la ha visto jugar: María es una fiera, y cuando huele la sangre de hallarse herida y en manos de su rival, se revuelve con todas sus fuerzas, no se da por vencida y el brazo no se le encoge. María no tiene miedo a perder. Así, hoy, un día más, ha ganado un encuentro ante la número 11 del mundo que parecía iba a ser su despedida de París este año.

Ha sido éste de segunda ronda entre rusas que casi se odian, algo pasional, quizás sin muy buen juego, irregular y emocionante por completo. María ha molido a palos a Petrova en el primer set: 6-2. La moscovita parecía fuera de forma(curioso! cuando es María quien acaba de regresar del infierno) y no llegaba a las bolas poderosas y esquinadas enviadas por la siberiana. Pero en el segundo set María se ha ido de la pista. Puede que el hombro: problemas con el saque ha tenido algunos, pero era algo más. Se ha despistado. Y Petrova se ha ajustado más y ha dominado sin problema: 6-1. Parecía que la fea Petrova iba a llevarse el match cuando el tercer set se ha puesto de su parte 4-2. Pero, entonces, María herida pero no muerta, ha reaccionado atacando, echándose sobre su rival cual una tigresa(no es gratuito el que le llamen así entre sus colegas). Ha equilibrado el set decisivo y a partir del 4-4 ambas jugadoras han ido manteniendo su servicio. La rubia de preciosos ojos y mirada felina ha estado en riesgo de perderlo en el décimoprimer y décimotercer juego, pero se ha agarrado a la pista, no ha flaqueado y ha salvado la situación. Ahí ha estado la diferencia: en la primera ocasión que Petrova se ha visto con problemas(en el juego décimocuarto) se ha descontrolado echando fuera dos bolas decisivas. Esa es la diferencia entre una buena jugadora(Petrova) y una campeona(María).