Cada vez se levantan más rumores en el seno del tenis femenino acerca de que pasa con María. Su lesión, según algunos, no era tan grave como para que lleve ya casi 8 meses fuera de la competición. También ha contribuido ella misma a dibujar dudas acerca de que está pasando y en que situación real se encuuentra, cuando ya ha anunciado varias veces su reaparición(Hong Kong, Open de Australia, París) y en todas ellas ha dado marcha atrás.
Hace unos días ya dejé colgado lo que comentaba el seleccionador ruso femenino, casi un mentor de María. Sus declaraciones eran preocupantes. Pero más a fondo ha ido el padre(y entrenador) de la también tenista rusa Anna Chakvetadze, al comentar que "la mente de María no está en el tenis si no en el amor". Según él, tanto tiempo fuera de las pistas han llevado a María a la buena vida, a pasárselo bien y cada vez se halla más unida al que parece ya es su novio formal, un rico heredero. También ha dicho que Yurii Sharapov, el padre de María, ha perdido cualquier influencia sobre ella y María ya no atiende a sus requerimientos de disciplina y trabajo.
A estas declaraciones y rumores hay que confrontar el último mensaje de María en su web en el que decía "Me muero por jugar".
¿Por jugar a qué?
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