Torquemada revive en la organización del open australiano. La censura(en forma de multa de 1.000 euros), el alargar las falditas de las chicas, el que no transparenten "demasiado" sus jerseys, es la preocupación de estos aussies pirados que tras que se armara cierto revuelo en la Copa Hopman porqué la linda francesa Alize Cornet luciera un vestido que escandalizó a cuatro mastuerzos y dos koalas que se vé que aquel día llevaban mono de hojas de eucalipto, ahora en Melbourne llega la censura.
Se va a multar las chicas "que enseñen demasiado". Los árbitros van a tener que revisar como previa del encuentro a las chicas, observar sus vestidos... haría reir si no hiciera llorar. Eso en el siglo XXI es para alucinar en colorines. A María la medida no le afecta pues, por desgracia, no va a poder estar presente en ese torneo que parece que igual lo patrocina el Vaticano. María también enseña. Pero, ¿qué es éso de que las chicas enseñan demasiado? Por favor!!
La medida que si puede afectarle es la que se viene cociendo desde hace ya muchos meses. El impedir los gritos de las jugadoras durante los partidos. María tiene la fama de ser la que mejores pulmones tiene y siempre se cita su caso cuando se habla de que tales gritos molestan. Pero hay otras jugadoras gritonas y cada vez más gritonas. ¿También se acabará por prohibir que griten?
¿Por qué los organizadores de torneos no se meten con el circuito de la ATP? ¿Tan edificante es que su número uno siempre se meta el dedo en el culo? ¿O que Djokovic, patético él, haga burla de colegas suyos enmedio de un partido? Que les dén.
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