A día de hoy, la temporada 2009 de María Sharapova ofrece muchas dudas y alguna de ellas tan seria que puede resultar determinante. Inicia el año siendo novena en el ranking de la WTA, pero si no puede defender los puntos logrados en el open australiano, va a pegar un considerable bajón. Perdería su posición top-teen por primera vez desde 2004, si no me equivoco. Aún y así, eso es lo menos importante poorqué tan solo resultan números.
La verdadera duda, la preocupación realmente seria, es su recuperación: si la lesión, incluso tratada de manera girúrquica en el pasado mes de octubre, ha desaparecido o no. Si María, por tercer año consecutivo, vuelve a caer en las garras de su lesión en el hombre, va a verse de nuevo inmersa en jugar partidos con graves dolores, en dejar pasar torneos pra recuperarse, y así es imposible que sus cualidades estallen en la pista, ahora que se encuentra, por edad, en sus mejores años.
Es tan preocupante el futuro inmediato de María, que huele a una posible retirada definitiva si tras 6 meses de inactividad su regreso a las pistas no es lo satisfactorio que ella desea. Y María desea ser la número uno del mundo, cosa que tiene a su alcance, sin lesiones.
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